Delicada como una rosa y amada por su aroma. Cada segundo domingo
de mayo, se celebra un día especial, el día de la madre, que a veces pocos
hijos los recuerdan.
A una madre no se celebra un día, si no toda su vida, dedicarle
todo tu amor, así como ella se dedicó a luchar por el gran futuro para sus
hijos. Nuestra madre cosecha en sus hijos, porque somos su gran futuro, ella
invierte con esa fe, confiando que cuyo hijo siempre va estar al cuidado de
ella, una madre es única, dios no nos regala dos veces, así que tenemos que
cuidarla como una rosa delicada.
Mi madre, es una mujer luchadora,
emprendedora, trabajadora y con mucho éxito.
Como olvidar aquel día, que ella se fue fuera
del país a trabajar, dejando cuatro pequeños hijos se fue a luchar por el gran
progreso de sus niños.
Como hermana mayor, me dedicaba a ver a
mis hermanos menores, claro que una persona mayor nos cuidaba, a traspasar los
años anhelaba ver a mi madre y así llego el noveno año, que mi madre decidió
regresar al Perú.
Ese día fue tan especial para mí
y mis hermanos, al ver salir a mi querida madre del aeropuerto, fue tanto
la emoción que llamamos la atención del público, al ver correr cuatro niños
llorando hacia su madre.
Ella cayo rendida al ver a sus hijos, fue
tanto el amor y la emoción que las demás personas que estaban en el mismo
lugar, comenzaron aplaudir y nos retiramos abrazados muy fuerte los cinco para
la casa, un amor único en familia.
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